lunes, 10 de mayo de 2010

La aventura de ser maestro

La aventura de ser maestro

Me pareció hasta cierto punto, impresionante como guardo una relación muy estrecha con el artículo de “La aventura de ser maestro” porque siento que he pasado por varias etapas que vivió el autor.

Yo como muchos compañeros de este nivel educativo no fui formado para ser maestro, sino que por mi perfil profesional me ofrecieron algunas horas como docente, no tenía ni la menor idea de este quehacer docente. Pero con el paso del tiempo he ido perfeccionando o adecuando varias cosas a mi labor.

Mi aventura comenzó a mis 22 años, ante la falta de oportunidades de empleo en mi profesión surgió esta oportunidad que tomé como algo de “por mientras” encontraba otro trabajo, pero con el paso del tiempo me fui encariñando con la profesión y hasta el momento ya llevo 6 años en los cuales he pasado por varias etapas, desde el temor inicial de enfrentar a un grupo hasta la satisfacción de ser parte de la formación de tantos alumnos.

Esta noble tarea no ha sido nada sencilla sino por el contrario cada día nos enfrentamos a nuevos retos, cuando en mi plantel iniciamos con la Reforma por allá en el 2004, se vinieron cosas nuevas, mucho más trabajo pero todo encaminado a un bien común. Cada día he tratado de superarme, y de prepararme en el área donde ahora laboro, tomando algunos cursos, asistiendo a un diplomado y ahora con una maestría y especialidad enfocadas en educación que es donde estoy actualmente.

Siempre he tratado de ser un maestro diferente, un maestro que se preocupe por sus alumnos, que los entienda, que dialogue con ellos de distintos temas, que conviva con ellos, pero reconozco que con el paso del tiempo comencé a perder un poco el interés, tal vez porque comenzamos a tener más trabajo administrativo que académico, porque comenzaron a encargarnos un sinnúmero de actividades además de la de dar clase que ya es bastante preparar a un grupo de alumnos.

Cuando surgió la oportunidad de una especialidad y una maestría no lo dudé ni un momento porque creo que aquí puedo recuperar ese amor por la docencia que se que lo tengo aunque un poco perdido por el momento, el hecho de aprender nuevas técnicas de enseñanza, de compartir experiencias con los compañeros, de superarme como persona y como docente me ha hecho resurgir un verdadero interés por ser mejor y dar lo mejor de mi a mis alumnos.

Estoy seguro que tenemos muchas carencias, mala infraestructura, espacios reducidos, salarios mal remunerados, conflictos laborales, pero todo esto queda un poco borrado cuando vemos a nuestros jóvenes culminar sus estudios y sabemos que dentro de su mundo de aprendizaje nosotros formamos una pequeña parte.

Miguel Arana

1 comentario:

  1. Hola Mike
    En mi aventura de ser maestra me pasó algo muy interesante y poco después lo corregí, al entrar hace un año a dar clases yo con dos años de haber terminado la carrera y salir de la industria, al dar mi clase manejaba los términos que son para mí comunes en ingeniería, pero me sorprendía al ver la cara de los jóvenes que no entendía y me hacía de cruces porque no me entendían, platicando con una compañera y amiga, me di cuenta que si bajaba el nivel me entendería y lo hice y me entendía, eso me dio gusto y desde entonces mantengo el nivel de ellos, aunque en ocasiones trato de subirlo para que se familiaricen cuando ingresen a la universidad.
    Es muy interesante ser maestro y en ocasiones maratónico, pero muy gratificante el poder ayudar al crecimiento de los jóvenes, y sobre todo el reconocimiento de los jóvenes que me saludan en la calle aun cuando ya no les doy clases.

    ResponderEliminar